Este autor es muy curioso pues, le puedes amar u odiar en la primera página y eso cambiará tu forma de acceder a lo que expone. A mí me cayó bien desde el principio, tiene unas ideas muy fuertes acerca de algunos temas y no tiene problema en expresarlas tal y como las siente. Si no estás de acuerdo, pues al menos te ofrece otro argumento en contra para reforzar tu postura. Las opiniones fuertes son mejores.
Todas sus conclusiones (o la mayoría) provienen de estudio y observación en los mercados, que es donde se ha ganado el pan casi toda su vida. Sin embargo, lo observado es aplicable a cualquier otra situación (aunque las finanzas se exponen más a eventos estadísticamente improbables que otros sectores).
El libro es una novela que no es tal y te acerca a la forma de pensar de Nassim sobre la suerte en la vida. Te permite ver el rol de la fortuna detrás de muchos acontecimientos y actividades. No podrás ver lo que haces igual después de leer este libro.
Notas:
Tu posición en el barrio. ¿Te sientes incómodo? Puede ser porque los de tu alrededor llevan, aparentemente, mejor vida que tú. Muchas veces, esto no significa que seas un fracasado, sólo que estás en un «mal» barrio. Está demostrado que la gente prefiere ganar menos dinero si los de alrededor ganan aún menos, que ganar más dinero y vivir rodeado de ricos.
Un tema recurrente en el libro es la importancia de ser libre para cambiar de opinión. Demasiadas veces nos sentimos atados a actuaciones o declaraciones pasadas y somos reacios a admitir haber cambiado de opinión o a actuar en contra de lo que pensábamos antes. Así es más difícil avanzar. Si tienes que cambiar de opinión cada día, hazlo. Y tampoco hace falta explicarte.
Leer está bien. Parar y crear un puente entre todo lo que estás leyendo y la realidad es algo que tiene que ir con lo primero si de verdad estás interesada en leer mucho.
Popper, su ídolo en muchos aspectos en cuanto a lo que promulgaba, resulta que aplicaba muy poco de lo que decía a su vida personal. Parece que pensar y escribir algo no tiene por qué ir de la mano de aplicarlo.
Cuando muchas personas se dedican a algo como gestionar dinero, que surjan «genios» entre ellos está más directamente relacionado con el hecho de que son muchos que con las capacidades de cada uno. Esto es, si te dedicas a algo que puede ir bien el 40% del tiempo y mal el 60%, si mucha gente se dedica a ello, por probabilidad habrá algunos que sin ser más hábiles, consigan que les vaya bien durante un largo período de tiempo. Vuelve a la tierra.
Una historia sobre un timo muy común antes que enseña acerca de la probabilidad de que el mercado suba o baje y también, cómo han cambiado las cosas en los últimos 20 años.
Preguntado lo siguiente: ¿Cuándo no es la suerte lo que está detrás? Es capaz de escribir que no tiene una opinión clara. Olé. Toda su idea a este respecto es que se debe ser cuidadoso al considerar que a alguien le va bien porque es bueno. Casi en todos los casos, lo de que sea bueno aún está por ver. Es mejor reservarse ese juicio. Para mí, admitir esto en un libro es otro ejemplo de que este tío tiene claro lo que piensa y le da igual lo que digan los demás.
Perseverar. Nuestro cerebro no está equipado para experimentar algo no lineal. Por ejemplo, si estudiamos cada día y no vemos que avanzamos en proporción a lo que estudiamos, nos desmoralizamos. No entendemos que hay cosas que avanzan a saltos en lugar de poco a poco. Los caminos hacia el éxito que dependen de estos saltos son difíciles de perseguir porque se puede perder la motivación fácilmente. Esto es, no te metas a bloguero si no quieres estar frustrado el 90% del tiempo.
La ley inversa: ¿Por qué los CEOs de las compañías ganan miles de veces lo que gana el conserje? La conclusión es que no deberían, pero el razonamiento es muy bueno.